Lectura: 8 Minutos. Por Jorge Rovira

Reflexiones de un evangelizador

Desde que arranqué mi carrera en el mundo de las inversiones tradicionales, definitivamente lo mio ha sido “evangelizar.” Durante 20 años me he dedicado a contribuir, junto a un increíble grupo de profesionales de la región, a romper con los “dogmas de fé” existentes para desarrollar nuevas formas de hacer las cosas.  En el largo plazo, esta actividad siempre me ha llenado de satisfacción; pero al principio, no hay nada mas tenso que sacar al prójimo de la comodidad para invitarlo al vacío tenebroso de implementar procesos nuevos. Mi historia profesional arrancó en Chile en 2003 trabajando para un fondo de pensiones, cuando los fondos de pensiones empezaban a invertir en activos internacionales.  Existía la convicción que las oportunidades de rentabilidad en el largo plazo estaban por fuera de Chile y era casi sentido común invertir parte del patrimonio pensional en los mercados globales.   Aprendí mucho de grandes mentores y adquirí el conocimiento suficiente como para poder llevar mi experiencia a otros mercados.  Fue con esa ilusión que llegué a Colombia en el 2005-2006.   Las tasas de interés de largo plazo estaban en torno  al 12-14% en COP y la industria estaba conforme invirtiendo la mayor parte de su capital a estos rendimientos sin mayor esfuerzo y poca volatilidad.   Hablar de fondos mutuos domiciliados en Luxemburgo que te dieran acceso a una rentabilidad “no asegurada” de 12-15% invirtiendo en acciones de empresas asiáticas, americanas, y europeas, no era una opción.  Constantemente, me recibían los inversionistas con comentarios como “Es muy complicado abrir las cuentas,”  “Para qué diversificar,” “esos fondos son un fraude,“ “no le veo el punto,” “mucha incertidumbre.”  Diez y seis años después el activo internacional es uno de los más importantes y más rentables en el portfolio de inversión de los fondos de pensiones en la región. Hace 8 años me di a la tarea de promover inversiones inmobiliarias en el sector “no-tradicional” de renta residencial en Colombia.  La idea era diversificar la apuesta tan concentrada que tenían los inversionistas al sector de oficinas, comercio y hoteles.  Las reacciones por parte de los inversionistas fueron muy similares: “Eso no va a funcionar,” “para qué diversificar,” “pensé que eras mas inteligente,” “no lo entiendo.”  Hoy en día, los principales fondos inmobiliarios de la región incluyen la renta residencial como un segmento importante dentro de sus estrategias.  Finalmente, hace 5 años, arranqué la cruzada de convencer a los inversionistas privados a invertir en activos alternativos como Private Equity, Private Credit y Venture Capital.  Efectivamente, mi propuesta fue recibida con el clásico: “eso no es para mi,” “mucha incertidumbre,” “no le entiendo,” “estas loco.”   Cuatro años después, los activos alternativos representan entre un 6-10% del portfolio de inversiones de los clientes privados en la región. En ese sentido, cuando hace un par de meses me lancé a entablar conversaciones con clientes para mostrar la oportunidad generacional que representan los activos digitales todo salió a la perfección. El mercado estaba finalmente listo para dejar sus miedos atrás y dar un salto al vacío junto a mí.  En realidad no ha sido así.  Como en épocas pasadas he recibido los siguientes comentarios que me gustaría compartir y aprovechar de discutir como un ejercicio de aprendizaje para mi y los lectores.  Así como no me sorprende la reacción inicial de algunos de mis inversionistas, tampoco me sorprenderá el final de este cuento en unos años más:

“Bitcoin Es un Ponzi” / “Bitcoin es un fraude”

Existe una narrativa asociada a bitcoin (y en general a los activos digitales) que caracteriza a dichos protocolos como esquemas piramidales o ponzis.  La impresión de muchos es que “al no existir utilidad detrás de los activos digitales”, su valor (más bien precio) sólo deriva del comprador marginal.  En la medida que la entrada de nuevos compradores se caiga, el precio de los tokens también lo hará.  En mi opinión, bitcoin no es un ponzi y me gustaría profundizar en el por qué.  

 

Esquema piramidal o ponzi – Según la SEC (Securities Exchange Comission), un esquema piramidal es un fraude financiero que consiste en pagarle rendimientos a los usuarios con los depósitos de los nuevos entrantes.  En un fraude “a la ponzi,” los inversionistas son ofrecidos rendimientos altos “libres de riesgo” o “garantizados” a cambio de su inversión.  Sin embargo, los depósitos nunca son invertidos.  Por el contrario, son repartidos entre los inversionistas iniciales y los gestores.  Dado que este esquema de inversiones no genera ingresos, basta con que dejen de entrar nuevos inversionistas o salga un número importante de inversionistas existentes para que el esquema colapse y haga un “default” a sus inversionistas restantes.

 

La SEC identifica algunas alertas o “banderas rojas” características de un Ponzi:

 

  • Rendimientos altos y “libres de riesgo” – toda inversión conlleva riesgos. Rendimientos altos deben estar asociados a un mayor nivel de riesgo.

 

  • Rentabilidades consistentes –  En general, el precio de una inversión es variable en el tiempo, su precio varía en la medida que incorpora nueva información. Debemos ver con sospecha movimientos de precio constantemente al alza sin mayor volatilidad.

 

  • Inversiones no reguladas – En general, los ponzi invierten en activos no registrados o regulados.  En otras palabras, existe poca información pública y transparente respecto a los activos en los que se invierte nuestro dinero
     
  • Proveedores no regulados – Generalmente, los vendedores de esquemas fraudulentos “a la ponzi” carecen de licencias o permisos del regulador.
     
  • Problemas de reportería – Muchas veces es difícil para este tipo de esquemas proveer información exacta y precisa respecto al proceder y haber de nuestras inversiones.

 

  • Dificultad para recibir pagos o hacer retiros – Debemos ser cautelosos ante la negativa de recibir nuestros pagos a tiempo o la oferta de recibir rendimientos más altos si decidimos no retirar nuestro dinero.

Usemos la lupa anterior para analizar las características de Bitcoin y revisemos si podemos categorizarlo como un esquema piramidal o Ponzi.  

 

En primer lugar vale la pena recordar un poco de la historia de Bitcoin, el primer blockchain descentralizado y distribuido.  Bitcoin fue concebido por una persona o grupo de personas bajo el seudónimo “Satoshi Nakamoto.”  Satoshi Nakamoto creó la página Bitcoin.org el 8 de Agosto del 2008.  Dos meses después, en Octubre del mismo año, Satoshi publicó el “White paper de Bitcoin.”  El documento contenía las instrucciones para lanzar el primer sistema de pagos P2P que resolvía el problema de “doble contabilidad” a través de la internet.  El 9 de Enero del 2009, Satoshi corrió el software descrito en el Whitepaper y dio vida al blockchain de Bitcoin “minando” los primeros 50 bitcoin.  En Enero 10, un cryptólogo llamado Hal Finney anunció en twitter que estaba corriendo el software de Bitcoin también desde su computador.  Satoshi hizo la primera transferencia de bitcoin a Hal ese mismo día.  Desde ese entonces, Satoshi se mantuvo “minando” bitcoin hasta acumular aproximadamente 1 millon de bitcoin.  Doce años después, ese millón de bitcoin nunca han sido utilizados.  Satoshi pudo haber vendido ese bitcoin por miles de millones de dólares y sin embargo nunca lo hizo.  Nadie sabe que fue de Satoshi; pero entregó control de su página web y dominio a una comunidad vibrante que hoy en día conforman el network de usuarios de Bitcoin.  

 

Tomando en cuenta la historia de Bitcoin, revisemos:

 

  • Rendimientos altos y “libres de riesgo”: Satoshi nunca prometió ningún tipo de rentabilidad a sus lectores.  De hecho, los escritos de Satoshi aun son públicos en la internet.  Satoshi escribía acerca de problemas técnicos, de la libertad y de los problemas del sistema bancario actual.  Satoshi escribía con la pluma de un programador, de un economista; pero jamás de un vendedor.   Más aun, desde sus inicios, bitcoin ha sido una inversión muy volátil  y así lo describen tanto sus usuarios como sus críticos.  En ningún momento ha sido posicionada o percibida como una inversión “libre de riesgos.”  Es curioso también pensar que el creador de Bitcoin nunca lucró de su creación ni salió del anonimato para llevarse los aplausos de millones de usuarios de su tecnología.

 

  • Problemas de transparencia e incumplimiento: Contrario a lo secretivos que son los fraudes piramidales, el protocolo de Bitcoin es un software público de código abierto que requiere del consenso de las mayorías para ser cambiado y no existe una autoridad centralizada que pueda hacerlo.  La data del blockchain puede incluso ser bajada a un computador y puede ser verificada y analizada en cualquier momento.  El protocolo no depende de una página web, de un servidor único o de una estructura corporativa para funcionar.   Bitcoin o cualquier activo digital sólo puede ser utilizado o transferido bajo discreción del tenedor de la clave privada que determina propiedad del mismo.  No hay incumplimientos ni malversación de los bienes en dichos protocolos.  Quienes han sufrido de robos o mal uso de sus activos son aquellos que delegan la custodia de su propiedad a terceros (exchanges fraudulentos o inseguros) o ceden su clave privada a otros.

 

  • Proveedores y activos no regulados – bitcoin, al igual que otros activos digitales, fue diseñado para operar sin permiso y por fuera del sistema financiero actual.  Sus raíces derivan de principios libertarios y minarquistas.  A pesar que ésta puede ser la única “bandera roja” asociada a lo que podría ser un ponzi, no necesariamente significa que lo sean.  Más aun, protocolos como Bitcoin y Ethereum sí están regulados en algunas jurisdicciones para fines de pagos de impuestos. Ambos activos, por ejemplo, son tratados como “commodities” bajo la regulación americana.  Dicho tratamiento regulatorio puede cambiar en el tiempo y sin duda ésto representa un riesgo para los inversionistas; pero es un riesgo conocido.  No obstante, bitcoin y otros activos digitales cobran tal relevancia y uso cotidiano que instituciones tradicionales como JP Morgan, Fidelity, Bank of New York y Blackrock,  ofrecen servicios asociados a la custodia, inversiones y análisis de muchos de estos activos para sus clientes.

“Bitcoin no se puede valorar”

Me gusta dividir el universo de activos digitales en dos: bitcoin y todo lo demás. Bitcoin es el token “nativo” del blockchain descentralizado de Bitcoin.  Su razón de ser no es reemplazar al dólar, o al oro. La razón de ser del bitcoin es incentivar a los “mineros” (dueños de la capacidad computacional que procesan y encryptan el blockchain) a competir por ganarse “la lotería” que les permita actualizar la larga cadena de transacciones con un nuevo “bloque” de transacciones.  En otras palabras, sin bitcoin, el blockchain descentralizado no se actualizaría cada 10 minutos (en promedio) ni su información se mantendría segura. Bitcoin es una “cryptomoneda” valiosa para la comunidad de mineros y para todo aquel que considere que Bitcoin cuenta con las características que la convierten en la primera forma de “propiedad digital:”

 

1. Es un bien escazo: no existirá mas de 21 millones de Bitcoin por diseño. Ya existen 19.1 millones aprox. y si descontamos el bitcoin perdido, estamos en torno a 16 millones de bitcoin disponibles.  

 

2. Es un bien divisible:  la unidad mas pequeña de bitcoin, el Satoshi, equivale a 1/100 millones de bitcoin

 

3. No es censurable: Bitcoin no tiene un emisor, no tiene jurisdicción, no tiene un junta directiva que decida su destino y no tiene un departamento de marketing o relaciones con inversionistas.

 

4. Es un bien transportable: bitcoin se mueve a la velocidad de la luz, sin fricción o costo, a través del tiempo y el espacio.  

 

5. Es un bien fungible: un satoshi es igual a otro satoshi

 

6. Es costoso producirlo: existe un costo energético relacionado al poder computacional necesario para mantener el network seguro y actualizado

 

7. Fácil acceso: cualquier persona con acceso a internet puede tener acceso a esta tecnología

 

De las características anteriores, derivan sus potenciales usos similares a los del dinero en efectivo, el oro, y otros activos relativamente escasos en la economía.  Al parecer, los aproximadamente 150 millones de usuarios de bitcoin piensan que sí vale la pena conservarlo junto a otros activos incluyendo el dólar.  De hecho, la adopción de bitcoin creció a una taza de 50-60% anual en los últimos 10 años, convirtiéndose en la tecnología de más rápida adopción en la historia de la humanidad.  Percibido como “reserva de valor” o “commodity,” su precio deriva de la oferta y demanda relativa a sus sustitutos: dólar, oro, acciones, otros activos digitales, etc.   Si la “economía” que representan los usuarios de bitcoin continua creciendo, y sus usos siguen multiplicándose (número de transacciones, volumen transado), muy probablemente su precio relativo a otras alternativas tenderá a crecer dada su oferta finita.  Lo anterior, sujeto a riesgos característicos de una tecnología nueva y en adopción.

Más allá de las cryptomonedas como el bitcoin, la gran mayoría de los activos digitales no corresponden a esta categoría.  Si bien bitcon funge como el token nativo del blockchain de Bitcoin, existen otros tokens que representan una participación o derecho sobre un activo (o proyecto incipiente) el cual podría generar beneficios financieros y no financieros en el futuro.  Ese tipo de tokens, a pesar de descansar en un blockchain como Ethereum, parecen asimilarse más a las clases de activos tradicionales: Acciones y bonos.  Imaginen el siguiente caso ficticio: Soy un religioso usuario de productos Apple: Apple TV, Apple iPad, Apple iPhone y Apple Macbook Pro.  Sin embargo, no tengo una sola acción de Apple en mi portfolio de inversiones.  Los accionistas más grandes de Apple son instituciones como Blackrock, Vanguard, Statestreet y me consta (porque trabajé muchos años en una de ellas) que ninguna es  TAN usuaria de productos Apple como yo.  En general todos contratan productos “Microsoft friendly”.   En otras palabras, el principal promotor, usuario y entusiasta de los productos Apple (Yo) no recibe un solo peso por ser un fiel contribuyente a la comunidad de Apple…a “la economía” de Apple.  Que pasaría si con cada producto Apple que yo comprase, yo recibiera tokens de Apple…un “Applecoin:” un híbrido entre una acción  y un punto de fidelización. Imaginen poder usar mi Applecoin para comprar productos Apple a un precio especial antes que lleguen a las tiendas, tener acceso a eventos exclusivos hoy solamente accesibles por los empleados, poder usarlo como medio de pago en iTunes, App Store y Apple TV; pero lo mejor de todo, que el 0.5% de las utilidades de Apple se repartieran a pro-rata a los tenedores del token, o que cada vez que se utilice el Applecoin como medio de pago, el token se “queme” o salga de circulación simulando una especie de recompra de acciones.  Cómo crees que ésto aceleraría la adopción del producto?  Cual más rápido crecería el network de usuarios de Apple?  Cuánto ahorraría Apple en marketing a sabiendas que existe un ejército de “Applettes” que promueven hasta la muerte el uso de su producto pues en la medida que existan más usuarios, mayor valor tendrá el token.  Lo más interesante sin embargo, y para volver al planteamiento “cómo se valora,” un token con tantas utilidades sin duda tendría valor en el mercado secundario vrs otros tokens o incluso otras monedas.  Si quiero incrementar mi participación en “la economía de Apple”, no es necesario comprarme 3 teléfonos o invertir en las acciones (el acceso puede ser complejo para muchos consumidores).  Bastaría con pagar por mas tokens de Apple utilizando dólar, bitcoin, ETH o lo que reciban por él.  En ese momento, el Applecoin empieza a tener un valor implícito en términos de otras monedas.  Y si Apple guarda tokens en su tesorería que ahora tienen valor relativo en dólar…cómo impacta ésto el valor de la empresa? Ahora somos capaces de aproximar  el valor que tiene la comunidad que interactúa dentro de “la economía de Apple.”  BNB, el token de consumo de Binance, el Exchange crypto mas grande del mundo, tiene usos muy similares a los descritos en mi historia ficticia.  Al momento de escribir, BNB tiene un market cap de USD 45. 1 mil millones vs un valor aproximado del equity de Binance de USD 200 mil millones. El valor que el mercado le asigna al medio de pago que la comunidad de Binance utiliza para interactuar en su “economía de plataforma abierta” representa casi un 25% del valor del equity.  Más aun, al momento de escribir, la capitalización de mercado de BNB es casi 3 veces la capitalización de mercado de Coinbase, el exchange listado de crypto más importante de EEUU.  “Cómo se valora?” Creo que la pregunta correcta es…cuánto valor estoy dejando sobre la mesa al no prestarle atención a esta tecnología?

“Pensé que eras inteligente” / “no quiero dedicarle un solo minuto de mi capacidad intelectual a ésto”

Sin duda estaré equivocado más de una vez respecto al potencial y porvenir de los activos digitales y estoy consciente que siempre me encontraré con buenos argumentos en mi contra.   Algunos, incluso, pondrán a prueba mis convicciones.  Sin embargo, jamás minimizaría lo hermoso e impactante que ha sido el viaje de aprendizaje por el que he transitado los últimos 3 años.  Descubrir esta tecnología no solamente me sacó de mi zona de confort para invitarme al delicioso caos de aprender algo nuevo sino al mismo tiempo, puso a prueba la columna vertebral de mi formación como economista.   Independientemente los activos digitales, soy  un profesional más completo al día de hoy.  Durante este tiempo, me he sumergido en libros que narran la historia de la tecnología, he vuelto a ponerme la camiseta de estudiante recibiendo cursos de programación y análisis de data, me he acercado mucho más al creativo mundo del emprendimiento y su talento, he profundizado en la importancia de la geopolítica como complemento al análisis macroeconómico, he retomado mi gusto por la lectura de la historia financiera y la economía, e incluso he replanteado mis prácticas como inversionista al exponerme a la volatilidad creativa y destructiva que tienen estos activos. Todo lo anterior, motivado por cuestionamientos que nunca me había hecho realmente porque daba por sentados como “Qué es el dinero?” “Qué es la inflación?” “Como funciona la política monetaria?” “Como se dan los ciclos económicos?” “Cuales son los ciclos de la deuda?”  Sin querer, me he reencontrado con los fundamentos de mi profesión.  No importa tu formación académica ni el número de títulos o certificaciones que poseas, nunca es tarde para desaprender y/o aprender una disciplina nueva.   En el peor de los casos, quien profundiza en esta materia tendrá argumentos más fundamentados para criticarla.  Dicho eso, no conozco a nadie que haya dedicado más de cien horas de estudio al mundo de los activos digitales que no haya caído rendido a las posibilidades y soluciones que ofrece esta tecnología.  Procedan bajo su propio riesgo.

Referencias:

Crypto.com – World Bank – GMI (Global Macro Investor)

https://www.investor.gov/protect-your-investments/fraud/types-fraud/ponzi-scheme

https://messari.io/asset/binance-coin

https://www.coinspeaker.com/binance-government-funds-investment/

Jorge Rovira es Co-Fundador de 33X y tiene casi 20 años de experiencia en la industria de inversiones institucionales en la región. Jorge es economista y cuenta con maestrías en macroeconomía y finanzas.